Cuando a "la raulina" la invitaron a la fiesta de las luminarias o hanukka de los judíos cubanos, se vió ante un gran dilema, pues necesitaba urgentemente conseguirse dos gorritos de cabeza de los que usan los hebreos en sus ceremonias. Una para él y otra para el jefe de su escolta, "Raulín el tuerto", que es su nieto y no hallaba donde conseguirlo con urgencia, hasta que al negrazo "Bembeta", ayuda de cámara del Jefe de Estado Cubano ( el que lo desviste y lo arropa en las noches) se le ocurrió registrar en el escaparate de la difunta Vilma y encontró un viejo ajustador negro de ella y lo cortó en dos, y le dió cada una de las copas a Raúl y al "Tuerto".
Esas dos copas de los brassieres de la federada Vilma fueron los gorritos que tan orgullosamente lucieron los sefarditas Raul I y Raúl-III, mientras se divertían con sus congéneres, mientras el pueblo cubano sufre toda clase de escaceses y falta de libertad y se caga en Raúl, Fidel y toda su descendencia, en el Haba Nagila, las copas de ajustadores que se ponen los judíos en sus testas(pues parece que la diferencia de sola una letra para designar el lugar en que se usan, no les importa) y hasta en el Tabernáculo, las siete plagas (pues ellos las han sufrido juntos con otras 20 plagas más) y la madre de los tomates y el Ratfi Etan, el cabrón lobbysta de Fidel en Israel.